Antes de irme de Erasmus a Múnich, tenía claro que Núremberg iba a ser una escapada obligatoria en mi calendario. Quería volver a visitar esta ciudad, no solo por su cercanía y facilidad de transporte que ofrece el tren desde Múnich, sino porque es una ciudad que te cautiva con sus calles medievales y quería descubrir si la miraría con los mismos ojos que la primera vez.
La perspectiva fue diferente en la segunda escapada, fuimos a pasar el día y a medida que paseaba por sus calles recordaba momentos de tres años atrás. Pero la imagen que tenía en mente seguía siendo la misma, de una ciudad histórica y patrimonial con mucho encanto.
Núremberg es conocido por ser el lugar donde se celebraron los juicios a los máximos dirigentes nazis después de la segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, gran parte del centro de la ciudad fue destruido y por tanto, después reconstruido.
Rodeado por una muralla y dividido en dos por el río Pegnitz, es el centro de la ciudad lo que os recomendamos visitar en una escapada corta (uno o dos días).