27 de noviembre de 2014

"Cuando algo empieza mal... siempre puede acabar... MEJOR" - Cuenta tu Viaje

Los que (des)afortunadamente hemos tenido ocasión de viajar muchas veces en avión, tenemos muchas anécdotas que contar. Las típicas: me aburro en el aeropuerto, me han perdido la maleta, me tengo que poner 3 abrigos encima para que no sobrepase el peso de la maleta en Ryanair....

Aquí os va mi anécdota preferida; con todo el cariño del mundo, para que os riáis de mí un rato:

 •   Situación: Febrero de 2007, 8:00am, 8 grados en el exterior y 4 en el interior,  aeropuerto de Atlanta, enorme. Armada con abrigo + guantes + gorro + bufanda + maleta de 30kg, me dispongo a coger el metro.

 •   Primer obstáculo: Las escaleras: No me puedo creer que en uno de los mayores aeropuertos de Estados Unidos no haya escaleras mecánicas! Pues va a ser que donde las necesito yo, no las hay, asique me toca tirar del maletón. Pesa como un muerto, bajo las escaleras y espero al metro mientras empiezo a notarme el sobaco sudado. Esto me lleva directamente al

 •   Segundo obstáculo: Demasiada ropa. Creo que el gorro me sobraba, ¡¡Qué calor!!

 •   Tercer obstáculo: Pánico en el tren. Llega el tren, y cuando me dispongo a entre todo el barullo de gente la rueda de mi maleta se engancha entre el vagón y el andén. No me jodas. No sale, me empiezo a poner nerviosa, tiro y tiro mientras todos me miran con cara de pánfilos y si ayudar (ya tenemos algo en común los españoles con los estadounidenses, para que luego digan). Cuando consigo sacar la maleta, la ruedita se queda enganchada. Qué bien, me he quedado sin rueda. Me parece que voy a pasar más calor todavía. Llego con la maleta a rastras al mostrador, me dan el Boarding Pass y me doy cuenta de que estoy en la puerta A10, y mi vuelo sale desde la H150. Puede parecer una mala noticia, pero no, porque  faltan dos horas para que salga mi avión, y en lo que llego a la puerta, seguro que se me pasan.

 •   Cuarto obstáculo: Pánico en el tren 2. Vuelvo al famoso metro, esta vez sin maleta (que alivio) y como soy una cotilla, me fijo en la gente de alrededor. No me sorprende ver al típico "negrata" americano escuchando música con unos cascos más grandes que su cabeza y unas zapatillas fosforitas, con la etiqueta todavía puesta, "$245". Todavía estoy en USA y aquí la gente es así. De repente, el espécimen en cuestión se levanta del asiento y se pone a rapear delante del cristal, recreándose en el espejo, rollo Eminem. La verdad es que el tío no lo hacía mal, pero me entra la risa, y no se le ocurre otra que girarse hacía mí y empezar a rapearme en la cara!!! Qué vergüenza, encima de que no le entiendo ni leches entre mi inglés y su pronunciación, pero parece ser que tiene gracia porque toda la gente de alrededor se descojona. Por favor, que llegue ya la parada.

 •   Quinto obstáculo: Problemas de peso. Después de una medio siesta nos disponemos a embarcar, y la azafata anuncia por el interfono que tienen prioridad para entrar en el avión los pasajeros de Business class y los discapacitados. Empiezan a embarcar pasa una señora algo rellenita, bueno, quien dice algo dice muy rellenita, como las que salen en la tele con obesidad mórbida (con todo mi respeto). Entro en el avión me doy cuenta de que me ha tocado sentarme al lado suyo. En teoría esto no debería de suponen ningún problema, pero, con todo el respeto del mundo, la falta de reposabrazos es un fastidio cuando te toca un viaje de 10 horas, y peor aún, el olor que desprendía esa mujer era inhumano. Entre sudor, pedos y rancio. Al cabo de un rato, y haciendo grandes esfuerzos por respirar, nos traen el almuerzo, y la señora montando un escándalo de copón porque solo le han traído un bocadillo. Yo flipo, hasta que le oigo decir que ella ha pagado dos billetes (cosa normal porque está sentada en dos y en medio mío) pero qué coño, tiene razón!! Y ya para terminar, se come sus dos bocatas, se duerme, y encima ronca!!!

 •   Último asalto: A todo lujo. Cuando pensaba que ya nada podía ir peor, se me acerca la azafata, y me dice por lo bajini en el oído que me levante, me pide disculpas y me indica que tengo un sitio disponible en business.  Y sí señores, aquí es cuando se convierte en el mejor viaje en avión de mi vida!! Un sillón más grande que mi cama, respaldo para los pies y la cabeza, ordenador personal con conexión a internet, canales de TV y series, juegos online, mantita, zapatillas de casa, albornoz... Me traen de comer solomillo con salsa de roquefort, buenísimo, con vinito bueno, de postre trata de chocolate……. Qué suerte tienen los ricos!!


Cuenta tu Viaje - Amaia

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